Las niñas durmiendo la siesta.
Venga, no mires el sofá, ni la hamaca, ni la pisci.
No puedes. De hoy no pasa. Tienes que ordenar el cuarto de juegos.
Voy hacia el sótano, abro la puerta,
Venga, no mires el sofá, ni la hamaca, ni la pisci.
No puedes. De hoy no pasa. Tienes que ordenar el cuarto de juegos.
Voy hacia el sótano, abro la puerta,
Os juro que la imagen que he puesto le hace justicia, tal cual.
¡Dios, esto es imposible! Los disfraces se mezclan en el suelo con juguetes, tizas, zapatos de tacón, lapices, peluches....
¡Es increíble! ¿Cómo se puede almacenar tantísimo trasto?
Cosas tan imprevisibles como un neceser mío de maquillaje que no encontraba desde hace tiempo y que dí por perdido, o un paquete de galletas espachurradas con zumo...
Dos bolsas hasta arriba de peluches rotos, juguetes inservibles, cacharros de huevos kinder (por cierto los odio), cromos, cartas, etc.
Se levantan de la siesta, ahora toca el discursito a mis cachorras:
¡¡¡No, no, no me pongáis esa carita, esto no va a volver a pasar más!!!
Me lo prometen, cada vez que saquen una cosa lo volverán a guardar en su sitio, je, je ¡Mamá se lo cree!
¿Algo positivo de la largísima tarde de ayer? Sí, me ha servido de inspiración para este post.
Buen finde a tod@s!!!
La serie Trofast de IKEA, ideal para lapices, estuches, construcciones, etc.