Los que me conocen, saben que adoro el verano, es mi estación preferida y os juro que cuando acaba tengo una tristeza tremenda.
Pero igual que me deprimo cuando se va el sol, en invierno quiero que haga frío, que llueva, que nieve.
Será porque soy muy ordenada, y en cada estación lo que toca.
El sol en verano, y en invierno frío, mucho frío.
Así que este invierno estoy cabreada, para ser sincera, tengo que confesar que tengo unas ganas terribles de esquiar, y que con este anticiclón que no se mueve, me da a mí que no veo la nieve este año ¡jo!
Como consuelo, me quedo con estas imágenes de un original hotel en Los Alpes suizos, porque para ir no me llega, je, je.
Cada habitación imita a un iglu, y por dentro, la sencillez y la calidez de su decoración me encantan.