Esto del papel en su estado más puro me encanta.
Me gusta desde que veía las comedias americanas en las que la madre llegaba de hacer la compra con una bolsa de papel en sus brazos. Incómoda seguro, pero chula, chula es un rato.
Lo mío con este papel es un vicio, me gusta para hacer regalos, para hacer tarjetas, para decoración... y hasta la falda que lleva la modelo de la segunda foto (¡que es de papel!) me vuelve loca.
Y es que ahora podemos encontar bolsas que son totalemnte lavables, que han sido sometidas a un proceso de fabricación similar al de la piel auténtica y que son totalmente reutilizables, vamos ¡una pasada!.
Podéis ver varios usos en la última foto.
Si queréis haceros con una, las tenéis en la tienda Lua Nord, mirad qué bonitas: